sábado, 14 de abril de 2012

Bailar



La oscuridad lo inunda todo a estas horas. Las estrellas
desaparecieron hace largo tiempo y el silencio se apodera de mi. Abro la boca
pero no puedo emitir sonido alguno. Me limito a abrazar los barrotes que me
rodean sin saber quién los puso allí. Y con ellos floto, floto en la inmensidad
y en la nada.
A veces cierro los ojos para no ver las rejas, pero el mundo
también desaparece y me pierdo. Solo un nudo de nervios me recuerda
constantemente que en algún momento he estado viva. La ansiedad me paraliza y
apremia mi cautiverio riéndose desbocada en algún punto de mi interior.
Cuando ya solo queda abandonarse al olvido, entre las
rendijas de mis ojos cerrados vislumbro una sombra roja incandescente. Los abro
y la luz me ciega. Los barrotes arden y yo con ellos. Hacía años que no
despertaba la mañana y ahora el miedo no me deja asimilarla.
Mientras me quemo por dentro, mi espíritu da patadas para
salir por cada uno de los poros de mi piel. Y en la más terrible desesperación
los barrotes estallan en miles de escamas doradas conformando un nuevo mar de
estrellas titilantes. Y yo caigo… caigo vertiginosamente y olvido quién solía
ser.
Antes de tocar el suelo mi ritmo cesa y caigo suavemente en
un claro. El calor y el color vuelven. Lo miro todo como si volviera a nacer y
me estiro intentando paliar mi vida en la jaula. El mundo brilla y una especie
de música minimalista vuela por todos los rincones y me hace entrar en trance.
Mi mente ha volado lejos y el cuerpo, solo, responde a los estímulos del
sonido. Durante horas bailo entre los árboles, inconsciente de que las piernas
comienzan a fallarme. Tiemblo de agotamiento y la oscuridad vuelve antes de caer
al suelo violentamente.
Me mente no regresa aún.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mundo inestable


Atraviesa mi mente hacia un mundo no inventado.
El pasado te mira y se marchita en un rincón.
¿A dónde vas por esta oscuridad tan densa,
que desangra tu herida y congela el corazón?
Deja que el sol atraviese tu frío
Deja a la luna eliminar tu rencor
Llena de luz tu lado sombrío
Grítale al mundo que dios no existió
ni en la tenue brisa que inunda tus recuerdos
ni en los recuerdos inventados por tu imaginación
Ni en los versos robados, ni en los besos no dados
brilla su ausencia sin compasión
¿Dónde está la magie que alimenta?
¿Dónde está? Dímelo
Que tu palabra no alienta en este mundo en llamas
y si te quemas no serás más que presa de tu error
Vaga es tu sombra en la tierra,
nula se torna la razón
Ahora el cielo es gris y la gente se hiela
con tanto odio, sangre y frustración.

domingo, 5 de junio de 2011

TORMENTA DE COLOR




Tu mente se ilumina en rayos de colores. La bobeda de tu cabeza retumba estrellas púrpuras,
mientras palmeras verdes cruzan el cielo. El ruido es ensordecedor, cientos de estruendos se
hablan a la vez acallando a la razón.

El corazón los huracanes bullen entre el rojo fluir de la sangre. Las paredes se derrumban
ante el movimiento. Los latidos espasmódicos destruyen todo halo de civilización existente,
dejando paso a la naturaleza salvaje.

El espíritu se funde en un incendio rojo. Las llaman devoran a su paso tu pasado y futuro, solo
el presente sigue en pie. El calor te quema como si el alma quisiera huir por cada poro de tu piel.

Una guerra interna llena de color y de música.

Un desastre interior que se rie de la gente.

Un espíritu enjaulado que en sueños vuela libre.

domingo, 1 de mayo de 2011

Desencuentros con la cordura


Tenía el pelo largo con bucles interminables que iban a dar a la nada. A destiempo ataba y desataba su cabello según soplara el viento. Un día sin sol se lo cortó de un golpe por donde dolía.
Entonces el mundo se volvií verde, de un verde enfermizo y criminal.
Sintió que ya no podía con la vida, que el dolor del mundo le aplastaba tanto, que sus ideas morirían disueltas antes de sobrevolar la atmósfera.
No había vida en un cuerpo sin mente, igual que no había poesía en un mundo sin sueños.
El tiempo pasaba, y sus pensamientos paseaban duditativos de un lado a otro de la habitación. Sentía como los colores volvían a traspasar su piel anegando su interior. Le habían devuelto la vida, y sin embargo, se preguntaba de constante si era real o ficticio el mundo dibujado ante sus ojos. La ausencia de respuesta hacía eco llegando a los lugares sombrío de su imaginación. Ahora, no sabe si ha muerto en vida o a vivido a la muerte. Y las horas pasan a ratos mientras las vidas se difuminan.

jueves, 9 de diciembre de 2010

La indiferencia te ha dado muerte


Me arranco las palabras a trozos de las manos. Se desangra mi mente en indiferencia.¿ Cómo podré recordar lo que nunca fue? Paseando por la memoria la oscuridad me envuelve y no existen canciones para olvidar lo inexistente. Susurrando secretos que nadie escucha, por que tus fantasmas están sordos de tanto gritar. Con el frío tu sangre se convirtió en hielo y estallaste en mil pedazos. Te busco esparcido por el suelo pero no logro reconocerte. Desquiciada junto los trocitos una y otra vez, una y otra vez... pero nunca eres tú. Entornando los ojos casi te puedo ver, como ayer. Más sal en las heridas, mas locura en mi locura. Andando, lentamente, hasta lo más profundo de ti, arrancandome las alas, creando tempestades en el corazón. Tanto tiempo en tu interior, sin embargo ahora no te distingo entre la gente a la luz del día.
Recuérdame al oído donde arde el fuego, que antes lo hacía en mis ojos al mirarte. Dime donde se acabaron los sentimientos infinitos.
Quizá ya no pueda volar, pero andaré hasta reventar.
Y volveremos a encontrarnos, en los sueños.

domingo, 9 de mayo de 2010

...


Estás aquí, sentada. Por tu cabeza han pasado ya infinidad de pensamientos, pero jamás das con la clave de todo, y quizá eso sea lo bonito de tu existencia. El no saber que haces aquí exactamente, sentada a los pies de un embalse, escuchando el rumor de los pájaros de fondo. Te incomoda la presencia de la gente, a veces crees que un árbol guarda más comprensión para ti que cualquier persona. Y entonces lloras, lloras por toda la mierda que rodea a tu raza y porque no quieres pertenecer a ella. Lloras porque prreferirías pacer en una pradera, viendo crecer día a día las flores, saltando por las lomas de las montañas y ensuciándote hasta que el barro te inunde de calor. Odias a la gente, porque destruye lo que amas, porque destruye su naturaleza y la torna en plástico y tonos grises.
Quisieras no volver a oir jamás el sonido del despertador o el sonido de un claxon metiéndote prisa en el cuerpo. Pero ahora los coches y despertadores están lejos, ni tan siquiera eres consciente de que alguna persona ande cerca.
y tú estás aquí, sentada, pensando, amando...