viernes, 3 de octubre de 2008

La importancia de los charcos


Volver a conocerte y a conocerme reflejada en tus ojos, a cobijarme en el miedo para comenzar a sembrar la duda. Volver a escribir historias con un final eterno y con dicha. Escuchar, como me trasportan tus palabras a sueños y utopías perdidas en un tiempo nunca demasiado lejano. Pasado intacto e irregular futuro conviviendo en las mismas manos que tiemblan al tocarte. Beber ingenuidad, como siempre, como nunca, y ver como florece hacia arriba, hacia tus labios para esbozar una sonrisa. Pensar que lucho y observarme tumbada, temblando, por cometer alguna locura que te impidiera olvidarme para siempre.
y volver a volver, a sentir, a volar y a soñar con solo pensarte.
Volver a comenzar para cometer los mismos errores, una y otra vez, una y otra vez.

4 comentarios:

Dr. Ángel Galdón Rodríguez dijo...

Hola Erika.

¿Has pensado en enviar a un concurso tus relatos?

Échale un vistazo a esto:

www.impracabeza.org

panterablanca dijo...

Qué prosa poética tan bella. Genial.
Un lametón de pantera.

juan rafael dijo...

No, de los errores hay que aprender. Vuelve, de todas maneras.

Tipotrópico dijo...

qué bonito es el amor :)
pues si que deberías pensar en eso de publicar.. :)